En algunos casos, la narrativa que desarrolla los contenidos puede tomar la forma de un tradicional apunte de cátedra o de un cuadernillo, según varíe la extensión en función de la cantidad de temas que allí se desarrollen. La particularidad de estos textos es que contienen el abordaje particular de la disciplina que hace el docente, tanto el recorte de contenidos como la metodología seleccionada.
Puede suceder que este tipo de documentos circule de manera más o menos informal entre los alumnos de una propuesta de modalidad presencial y su autor decida recuperarlo para reeditarlo en un nuevo formato que, necesariamente, plantee una nueva propuesta de lectura. Esto supone revisar no sólo cuestiones generales de estilo sino también incorporar elementos paratextuales y multimediales que puedan enriquecer el texto, pensándolo para una lectura en pantalla, lo cual permitirá al estudiante trazar recorridos hipertextuales diseñados por el profesor.