Recomendaciones

• • Elaborar consignas claras

  Independientemente de las actividades con que se trabaje en ambientes virtuales, siempre hay algún grado de comunicación asincrónica, por lo cual el docente no necesariamente va a estar "allí" para aclarar las dudas iniciales o guiar a los estudiantes en la interpretación de las consignas. Por ello, es importante revisar la redacción de las mismas, dividir una consigna en una secuencia de varios enunciados y aclarar todo aquello que nos imaginamos se puede prestar a confusión.

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  • Prever las ayudas necesarias

  Si la actividad propuesta en el ambiente virtual puede significar para los estudiantes algún reto desde el punto de vista tecnológico, entonces es necesario facilitarles los tutoriales necesarios para que la resuelvan las consigna. Esto sucede, por ejemplo, cuando la actividad requiere instalar o utilizar algún programa o aplicación.
  En cuanto a la realización de la consigna, se puede ayudar a los estudiantes con la atención de consultas a través de un foro, la elaboración de un banco de preguntas frecuentes o incluso una instancia de consultas previa a la fecha de entrega.

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  • Establecer tiempos y criterios

  Siempre es necesario pautar con anterioridad los tiempos considerados en el calendario de la cursada para la entrega, corrección y devolución de las actividades. Eso ayuda a los estudiantes a organizar sus propios tiempos de estudio y promueve la autogestión de sus actividades.
  Del mismo modo, los criterios de evaluación de las producciones deben ser explicitados junto con las consignas, para que los estudiantes trabajen en consecuencia para cumplir los objetivos planteados y comprendan fácilmente la calificación obtenida y las correcciones recibidas. Además, evita al docente realizar la misma observación en varios trabajos.

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  • Usar el calificador de Moodle

  Todas las Actividades de Moodle pueden calificarse, eligiendo escalas numéricas, cualitativas o simplemente de cumplimiento de la consigna. Al utilizar las calificaciones de Moodle se va autocompletando una planilla en el calificador general, lo cual permite documentar sistemáticamente los desempeños de los estudiantes. El listado se puede exportar en varios formatos y guardar en la computadora, favoreciendo así la creación de un solo registro.
  Incluso si un estudiante no entregó la actividad por la vía correcta (supongamos que entregó a través del Correo interno y no de la Tarea), también se le puede asignar la calificación donde corrresponde.
  Si trabajamos con actividades presenciales o con aplicaciones disponibles en línea como las que vimos anteriormente o incluso en redes sociales, se puede crear en el aula virtual una tarea donde los estudiantes no deban entregar nada (ni texto en línea ni archivo adjunto) y calificar allí su desempeño.

  • Emplear rúbricas

  Las rúbricas sirven para valorar las competencias y habilidades  adquiridas por los estudiantes   al   concluir   su   proceso   formativo   a   través   de   un conjunto de criterios que describen diferentes niveles de logro de una manera clara y explícita.

  Así, permiten  gestionar  y  sistematizar  el  proceso  evaluativo,  especialmente cuando la corrección está a cargo de varios docentes.

  Existen diferentes tipos de rúbricas,  pero en todos los casos proporcionan indicadores específicos   para   documentar   el   progreso   de   los estudiantes.
  

  >> Para profundizar más sobre el empleo de rúbricas, sugerimos acceder al siguiente tutorial.