Ejemplo | Lectura y escritura de textos académicos

Sitio: UNLVirtual en Abierto
Curso: Ambiente de Recursos Didácticos
Libro: Ejemplo | Lectura y escritura de textos académicos
Imprimido por: Invitado
Día: sábado, 23 de noviembre de 2024, 04:46

Los textos disciplinares

Tensión entre comunicación y conocimiento


En esta última unidad o módulo trataremos los textos que estudiantes y docentes leen durante el desempeño de su rol; se los clasifica como textos de las ciencias, “científicos”, textos de las disciplinas o cátedras, por lo que sugerimos llamarlos textos disciplinares. Otra denominación que en este caso es sinónima es “textos académicos”, es decir, de la academia o institución educativa. Todos los textos de esta institución comparten el mismo género, esto es, una serie de rasgos de forma, ya que utilizan formas lingüísticas comunes, y de contenido, además de que se usan convencionalmente en las mismas situaciones comunicativas.
 
Conocer cómo se organizan habitualmente estos textos, cómo se incluye la voz del que presenta o escribe, y las demás voces que decide incluir, qué formatos o secuencias discursivas se prefieren en la redacción, facilitará tanto las actividades de comprensión y lectura como las de escritura. Montolío (2000) afirma que la vinculación entre géneros y situaciones comunicativas es esencial, dado que los géneros funcionan como algo similar a manuales o instrucciones que explican cómo actuar en cada contexto social. Pensemos en situaciones sociales diversas y encontraremos en muchos casos, textos que las resuelven: alquilar o comprar una propiedad, las invitaciones formales y los reclamos, hacer ciencia e investigar. No sólo aprendemos el lenguaje sino cómo emplearlo para vivir en sociedad.
 
Los textos producidos en el contexto académico pertenecen / corresponden a un género específico ya que resuelven u ocurren en la misma situación comunicativa, comparten características formales y de contenido consensuadas socialmente. El objetivo general es compartir información científico – técnica por lo que la escritura demanda claridad, precisión léxica y objetividad enunciativa.
 
Una regularidad poco favorable que señala Temporetti (2005: 98) es que suele preferirse el inglés en los textos científicos y de género académico, como la lengua de la ciencia, lo que no favorece a quienes tienen por lengua materna otro idioma. Aduce el mencionado autor que el lenguaje no sólo refleja el mundo externo y el pensamiento sino que en sí mismo representa una manera de pensar y de construir muchos posibles: sería saludable poder erradicar el monolingüismo de la ciencia.
 
 
La construcción del enunciador en el discurso. Inclusión de voces en un texto: citas de autoridad, estilo directo e indirecto
 
La construcción del enunciador, del destinatario y del referente no siempre es consciente, sino que es cultural e ideológica según el grupo de pares y de pertenencia del que lee y del que escribe. Tampoco son decisiones individuales, sino mejor, sociales. Cuando hacemos uso del lenguaje construimos una versión de nosotros como escritores, del referente que presentamos y de nuestro interlocutor, por lo que escribir supone una verdadera puesta en escena.
El emisor adopta una serie de rasgos según la situación en que se encuentra y el rol que desempeña, e igual ocurre con el destinatario que el emisor construye. O Ducrot dice que el lenguaje nunca describe sino que siempre valora, aun cuando se muestre en una aparente objetividad y neutralidad discursiva. El lenguaje oculta su opacidad y da la impresión de que a través de él se accede al mundo: el referente se construye al igual que los emisores y destinatarios que no son los sujetos reales sino producto de la puesta en escena discursiva. El lenguaje no es una transparencia, a través de la cual accedemos a lo real, sino una materia a través de la cual construimos versiones del mundo.
 
El emisor académico debe ser muy preciso en el uso de la terminología y en la definición y presentación de conceptos. Debe ser fiel a las fuentes que cita, fundamentar sus aserciones con argumentos aceptables y respaldados por una comunidad científica. Además, debe usar correctamente el lenguaje en su gramática y normativa, y debe ofrecer fuentes bibliográficas de relevancia respecto de los conceptos a los que se refiere.
Las actividades lectoras deben encausarse en caracterizar al emisor y al destinatario, constatar desde “donde” o desde qué ideología, creencia presenta los hechos el emisor, el modo en el que se presentan; esto implica deducir el medio en el que circula el texto.
Respecto de la construcción del referente, importa cómo se presentan los eventos: aseverar, dudar, preguntar da distinta relevancia a los datos que se enuncian. El uso de términos más o menos específicos puede dar sensación de certeza o de expresividad, y significan algo distinto. (Loco / demente, dolor de panza / gastroenteritis).
Es relevante preguntarnos acerca de cuál es la utilidad de reconocer y comprobar la puesta en escena de un texto si es útil o no y por qué para un estudiante; además, considerar cómosirve favorablemente al estudio.
El trabajo intelectual requerido tiene que ver con la síntesis y escritura de distintas posturas sobre el tema o contrastación de fuentes. Esta estrategia escrituraria no supone el resumen de cada texto sino que retoma aspectos que en cada uno sean pertinentes con el problema a dilucidar en ese escrito contrastivo, recabando en coincidencias, diferencias y puntos de acuerdo. No descuidar la interpretación de los escritores según su visión ideológica o su compromiso con el tema. Al final puede dar lugar a una fundamentación de la opinión personal sobre el tema, donde el escritor opine y justifique con argumentos su adhesión a uno u otro texto. Debe formular la hipótesis propia acompañada de al menos dos argumentos que demuestren que es verdadera. Puede incluir otras fuentes, ejemplos, analogías, historia ilustrativa como refuerzo.
En los textos sobre el caudillo General Ángel Vicente Peñaloza, se pueden observar los términos valorativos a favor y en contra de la figura histórica que se describe, y la posición ideológica de sus enunciadores: Sarmiento despreciaba a los caudillo y sus convicciones, en tanto José Hernández muestra una actitud más comprensiva y valorativa de esta figura emblemática de la sociedad y de la literatura argentina.


TEXTO 1:

Peñaloza no fue jamás un hombre oscuro. Pertenece a una de las más antiguas, como de las más notables familias de La Rioja y la que ha contado y cuenta entre los suyos personas muy respetables.

Muy niño aún, fue tomado a su cargo por un anciano sacerdote de la provincia de La Rioja, a quien acompañó hasta su muerte. Este respetable anciano, cuyo nombre hemos sabido y no recordamos en este momento, balbuciente ya por su avanzada edad, no podía pronunciar claro el nombre de Chacho, que ha venido a hacerse célebre en los fastos de nuestra historia política, y que será la eterna pesadilla de los que se han echado sobre sí la odiosa responsabilidad de su alevosa muerte.

Popularizado este nombre entre los jóvenes de su época, y muerto ya el anciano sacerdote que lo tuvo a su cargo, el general Quiroga lo llevó a su lado haciendo con él las veces de padre, y dándole como expresión de su afecto el nombre de “Chachito”.

Hernández, José. “La vida de Chacho”

TEXTO 2:
Éste era el Chacho en 1842, y ése era el Chacho en 1863, en que terminó su vida. Ni aun por simple curiosidad merece que hablemos de su origen. Dícese que era fámulo de un padre, quien al llamarlo para más acentuar el grito, suprimía la primera sílaba de “muchacho”, y así se le quedó por apodo “Chacho”; y aunque no sabía leer, como era de esperarse de un familiar de convento acaso el haberlo sido le hiciese valer entre hombres más rudos que él. Firmaba sin embargo con una rúbrica los papeles que le escribía un amanuense o tinterillo cualquiera, que le inspiraba el contenido también; porque de esos rudos caudillos que tanta sangre han derramado, salvo los instintos que le son propios, lo demás es la obra de los pilluelos oscuros que logran hacerse favoritos.

Sarmiento, D. “El Chacho”1.

1 Estos textos corresponden a Arnoux 1999, página 56.


Actividad

Puesta en escena o enunciación de discursos propios y ajenos
En los textos presentados a continuación se construyen versiones diferentes de algunos hechos ocurridos que debe determinar. En cada texto se ponen en escena diferentes enunciadores y destinatarios, y se construyen referentes que difieren entre sí, aunque el evento haya sido históricamente el mismo. Lea los siguientes textos y determine las diferencias de enunciación de ambos. Atienda a los términos usados para nombrar a los personajes de la historia, los hechos que conforman la misma, las características del que narra y del destinatario y su escritura, y las marcas o señales de lugar y tiempo (no deje de informarse sobre el tema que se presenta para mejorar la comprensión).


 
TEXTO 1:

FUNDACIÓN DE LA ESCRITURA

Cuando Irak no era Irak, nacieron allí las primeras palabras escritas. Parecen huellas de pájaros. Manos maestras las dibujaron, con cañitas afiladas en la arcilla. El fuego, que había cocido la arcilla, las guardó. El fuego, que aniquila y salva, mata y da vida: como los dioses, como nosotros. Gracias al fuego, las tablillas de barro nos siguen contando, ahora, lo que había sido contado hace miles de años en esa tierra entre dos ríos.
En nuestro tiempo George W. Bush, quizá convencido de que la escritura había sido inventada en Texas, lanzó con alegre impunidad una guerra de exterminio contra Irak, hubo miles y miles de víctimas, y no sólo gente de carne y hueso, también mucha memoria fue asesinada.
Numerosas tablillas de barro, historia viva, fueron robadas o destrozadas por los bombardeos.
Una de las tablillas decía:
Somos polvo y nada.
Todo cuanto hacemos no es más que viento.

Eduardo Galeano. 2008. Espejos.
Una historia casi universal. México Siglo XXI Editores.


TEXTO 2:

EL NACIMIENTO DEL ALFABETO

En la última mitad del segundo milenio antes de Cristo, los pueblos semíticos que vivían en Siria y Palestina, que hasta entonces había utilizado la escritura cuneiforme, y que mantenían un contacto comercial cada vez mayor con Egipto, hicieron los primeros intentos de adoptar la escritura demótica egipcia, reduciéndola a una forma de silabario, abandonando los ideogramas y otras formas complejas de la tradición egipcia. Se trataba del primer paso hacia una escritura alfabética. Los signos jeroglíficos, al igual que los signos cuneiformes, representaban sonidos o palabras completas, pero nunca letras.

Debido al desarrollo de las comunicaciones y a las necesidades comerciales, los pueblos semitas necesitaban un sistema de transcripción que facilitara el intercambio de información y que pudiera ser aplicado a todas las lenguas habladas en el Próximo Oriente. La primera tentativa de escritura alfabética de la que tenemos noticia fue la utilizada por pueblos llamados “asiáticos” por los propios egipcios, asentados en la península del Sinaí, en torno al 1800 a.C. emplearon para escribir unos treinta signos derivados de los jeroglíficos. Sin embargo, sería en ciudades como Biblos y otras de la costa palestina, habitadas por pueblos semitas que posteriormente se llamaron fenicios, donde se comenzó a forjar un verdadero alfabeto.

En la Grecia arcaica se habían empleado escrituras ideográficas como la cretense, pero los griegos adaptaron, en torno al siglos IX a.C., el alfabeto fenicio a su propia lengua, utilizando unos signos propios para representar las vocales (las lenguas semitas, en general, sólo escriben las consonantes), lo que permitía que el texto escrito fuera aún más fiel a la forma hablada de la lengua y, por lo tanto, más fácil de leer. Los etruscos, en contacto constante con los griegos asentados en la Magna Grecia, al sur de la península Itálica, y en la isla de Sicilia, transformaron el alfabeto griego y lo transmitieron a los romanos en forma de alfabeto latino. Sería Roma, gracias a su imperio, quien difundiría el alfabeto a todo Occidente.

La invención del alfabeto supuso la gran revolución de la escritura, el gran paso adelante para las culturas de la antigüedad. Sobre su éxito sólo hemos de decir que el sistema alfabético pervive en nuestros días con una inmejorable salud.

Fuente: http://www.editorialalaire.com/articulo/79/historia-del-alfabeto-y-la-escritura

Discursos explicativos y argumentativos

Formatos, secuencias, estrategias discursivas
 
El discurso expositivo parte del supuesto de la existencia de información, procedente de la reflexión y la experiencia, adquiridos en forma directa o indirecta. Se constituye en un discurso orientado a proporcionar información, lo cual implica que usa el lenguaje con función referencial, de manera objetiva y neutra.
 
La información acumulada en cada grupo humano podemos llamarla enciclopedia, y está escrita en tratados, ensayos y documentos que concentran parte de los conocimientos producidos en una cultura. En cada individuo el conocimiento se almacena en su memoria y cada uno posee un conocimiento enciclopédico que aumenta a lo largo de su vida y que usa para comunicarse con los demás.
 
La explicación o exposición se propone hacer saber, hacer comprender y aclarar y presupone conocimientos como punto de partida. Es una relación asimétrica entre experto y lego. Hay personas a las que socialmente se les reconoce autoridad para facilitar la comprensión de los temas, legitimadas para aportar explicaciones fiables y adecuadas. El propósito no es influir sino cambiar el estado epistémico del interlocutor, logrando la comprensión de temas dificultosos o confusos.
El discurso explicativo supone la posesión de un conocimiento, otorga prestigio, autoridad y poder a quien lo emite y consecuentemente genera poder de convencer y obtener adhesión.
Debe escribirse como un discurso ordenado y claro por lo que recurre a marcadores orientados a la enunciación y a la concatenación lógica. El léxico recurre a aclaraciones, perífrasis y construcciones comparativas según el grado de abstracción propuesto. El uso de condicional limita la validez de las aserciones. La modalización epistémica se usa para expresar el grado de fiabilidad del locutor a lo que afirma en los enunciados.
La explicación en el conocimiento científico exige descripción, demostración basada en conceptos abstractos y en razonamientos deductivos, a partir de la formulación de hipótesis, para dar cuenta de la realidad con la presentación de pruebas y verificaciones.
Explicar significa desplegar o desarrollar un tema o problema, indicar las causas de un fenómeno. Se presenta un obstáculo para la comprensión del destinatario que debilita la comunicación; con la explicación se restaura. Presentan la tendencia a aportar un saber y de hacer comprender: desencadenante de la explicación implícito, autoformulado o explicitado. Por ello las secuencias explicativas tienen un desarrollo semejante al diálogo pues presuponen una pregunta que autoriza la secuencia. El espacio privilegiado de aparición de estas secuencias es el discurso científico y didáctico. La ciencia se propone explicar por qué las cosas son como son.
Partes: presentación de una situación inicial / planteo del problema a explicar/ explicación – respuestas/ evaluación – conclusión.
Como acto de habla la explicación presupone un contrato comunicativo en el que existe la constatación del hecho a explicar, conocimiento insuficiente sobre él, un sujeto que explica con idoneidad para hacerlo, un interlocutor con la competencia necesaria.
Algunos contratos son de carácter ocasional y otros están fuertemente ritualizadas, integran actos de orden social.
Para explicar puedo recurrir a enunciados generales, una ley o principio general que lo explica. Otras veces se recurre a la narración o presentación sucesiva de hechos causales, donde los hechos se presentan como consecuencias de acontecimientos anteriores o de motivos, razonamientos o disposiciones de los sujetos, como ocurre en el caso de relato histórico.
Otra estrategia explicativa es la reformulación. Marcadores de reformulación son: es decir, a saber, o sea, en otras palabras. Otra estrategia es la definición (de denominación, de equivalencia, descriptiva, funcional). En los glosarios se define el vocabulario técnico o científico de un texto. La analogía presenta una situación semejante, un caso de características similares a las que se desea explicar. El ejemplo proporciona un caso concreto, particular del concepto que se explica
La argumentación como secuencia textual tiene por fin convencer o persuadir de algo a una audiencia, para logra su adhesión, como es el caso de quienes enseñan, hacen política, predican, escriben ensayos, hacen publicidad, etc. La argumentación está ligada a un mundo de valores y de creencias, a una ideología, que depende de la cultura de cada comunidad de hablantes y que cobra valor de verosimilitud en el marco de cada grupo sociocultural.
El desarrollo de prácticas democráticas se ve acompañado de la enseñanza de la argumentación dado que el conocimiento de los mecanismos argumentativos permite a los individuos defenderse de la manipulación a la que tiende gran número de discursos sociales. Además, la participación en la vida pública exige el dominio de estrategias verbales para desplegar de manera convincente las ideas que se desea desplegar.
 
 
Componentes fundamentales del discurso argumentativo
  1. Objeto, problema o tema controvertido. Se puede formular como pregunta.
  2. El locutor expone una opinión a través de expresiones modalizadas y axiológicas.
  3. Carácter, polémico, dialógico, basado en la contraposición de dos o más posturas. Los enunciados se formulan en relación a otros enunciados.
  4. El objetivo es provocar adhesión, convencer, persuadir de la aceptabilidad de una idea, de una forma de ver el tema, hacer creer o incitar a hacer. También puede pretender provocar una reacción, incentivar.
Los discursos argumentativos tienen siempre una hipótesis que es una enunciación declarativa, formulada explícita o implícitamente, de la que debe poder predicarse que es verdadera o falsa.
Son argumentativos los discursos que buscan persuadir al destinatario a partir del desarrollo razonado de las opiniones que en relación a un determinado campo o individuo sustenta un enunciador. Éste construye una imagen de sí mismo al mostrarse apasionado, seguro, enérgico o tímido, a la vez que emite juicios apreciativos sobre los acontecimientos o personajes, con adjetivos valorativos, verbos y sustantivos cargados de significación y connotaciones semánticas y culturales, con los que asigna credibilidad o no a las opiniones de otros.
Los recursos  usados para argumentar son: deixis personal, antonimia, modalización oracional, conectores del discurso polémico: de causa, certeza, condición, consecuencia, oposición.
 
Aspectos enunciativos de la argumentación
 
Queda clara la postura del enunciador frente a lo que predica, a partir de la primera persona, las modalizaciones, el uso de subjetivemas (valoraciones y juicios). El enunciador argumentativo desarrollará su discurso desde el lugar del experto, del experimentador, del testigo, de la víctima, del que se rebela, entre muchas posibilidades, en función de la situación comunicativa y de su finalidad. Construye su autoridad o poder para opinar sobre el tema. Así como construye una imagen de sí mismo y de la realidad, el referente, se posiciona frente a los hechos que plantea. El enunciatario construido por enunciador tiene funciones y roles sociales relacionados con la temática, por lo que el punto de partida o la temática siempre es polémico, con valoraciones divergentes, con subtemas para el debate.
 
El recurso de la polifonía implica que son incluidas (seleccionadas) por el enunciador, de manera directa o con recursos del indirecto libre o indirecto, expresiones, valoraciones o comentarios de otras personas. No se facilitan todos los datos al lector, sino que se presentan como inferibles, incompletos o sugeridos. Puede incluirlos en forma fragmentaria, de reformulación libre, o indirecta.
 
Arnoux (1999) entiende la argumentación y la exposición como polos de un continuum de significado y elabora un paralelo como referencia de los bordes, entre los que se inclinan los textos.
Polo expositivo Polo argumentativo
Se presenta como un saber construido en otro lado, legitimado ya socialmente o como un saber teórico. Se presenta como la construcción de nuevos conceptos a partir del propio desarrollo discursivo.
Tiene a borrar las huellas del sujeto y a instaurar una distancia que genere el efecto de objetividad. El sujeto se manifiesta y confronta su opinión con la de otros.
Las fronteras entre discurso citante y citado son nítidas. Aparecen distintas formas de contaminación de voces.
Se propone informar. Se propone persuadir.
La dimensión cognitiva es central (racional). A la dimensión cognitiva se le suma la emocional.
  La dimensión dialógica del discurso se pone en evidencia en el uso de concesiones, ironías, etc.
  Sus objetos son fenómenos, acciones o acontecimientos pasados, presentes o futuros que se consideran desde un ángulo valorativo o normativo.
El uso de citas y la inclusión de otras voces en la exposición de un tema tienen por finalidad ampliar o aclarar la información o respaldar el saber que se transmite a través de una autoridad científicamente legitimada. La exposición recurre a la cita textual en estilo directo o indirecto que siempre remite a fuentes pertinentes. En el discurso argumentativo aparecen otras voces, palabras de otra procedencia que del autor, en forma fragmentada, con comentarios del mismo autor, como discurso indirecto, contaminación de voces o discurso indirecto libre.
 

Escritura de monografías y otros

Escritura de monografías, ensayos y otros textos académicos o disciplinares particulares

Ensayo es un término acuñado por Montaigne, en el que lo fundamental es el juicio sobre las cosas y la actividad reflexiva, sin importarle el ser exhaustivo y sistemático.Se trata de un escrito en prosa, generalmente breve, de carácter didáctico e interpretativo y no dirigido a lectores especializados, en el que el autor expone con originalidad, su visión personal sobre cualquier tema, con voluntad de estilo. Las características son la brevedad, subjetividad, estructura abierta, variedad de temas e interés por el estilo.
El ensayo es un género literario que se caracteriza principalmente por la propuesta y la defensa de un punto de vista personal y subjetivo sobre un tópico determinado que puede referirse a los siguientes ámbitos: político, filosófico, religioso, deportivo, histórico, social, cultural, sin ampararse en marco teórico alguno, sino en la propia voluntad de querer comunicar o expresar la propia opinión.
Algunas características son tema libre y al azar, lenguaje sencillo, coloquial, natural, determinaciones y conclusiones subjetivas, introducción de elementos como anécdotas personales, citas o proverbios para darle un carácter más vivido, no guarda ni respeta un orden preestablecido como sí hace un cuento, por ejemplo, es breve y está dirigido a un público heterogéneo, mayormente.
Un ensayo se encuentra compuesto de la siguiente manera:
  • Introducción, donde se presentará el tema con sus correspondientes hipótesis y tesis.
  • Le seguirá la enunciación relacionada al tema.
  • Luego vendrá el desarrollo, donde se profundizará sobre la tesis a través de una modalidad expositiva argumentativa y,
  • finalmente en la conclusión se tratará de ahondar más en la tesis explicando porqué la sustenta.
La monografía, por su parte es un trabajo de investigación bibliográfica sobre un tema específico para luego ser divulgado. Hay dos tipos básicos, aquellas en las que predomina la investigación bibliográfica y las que requieren tareas de indagación y experimentación.
Las tareas según Temporetti (2005) suelen ser:
  1. Elección de un tema
  2. Lectura e indagación de bibliografía diversa
  3. Formular problemas o elaborar hipótesis
  4. Bosquejo de la monografía.
  5. Redacción y revisión del trabajo en todas sus partes.
Arnoux (1999: 96) también encara el tema de la escritura académica y sugiere pautas para la planificación del trabajo, entre ellas: la consulta bibliográfica, la escritura de la introducción, la síntesis de distintas posturas sobre el tema a investigar o estudiar, la fundamentación de la opinión personal sobre el tema, y la conclusión. En la presentación del trabajo sugiere que tenga una carátula, la introducción, el desarrollo del marco teórico y análisis o planteo de la postura frente al tema científico, las conclusiones y finalmente la lista de la bibliografía consultada.

Bibliografía

  • ARNOUX, E. (2002). La lectura y la escritura en la universidad. Buenos Aires. Eudeba. Cap 11 y 12.
  • ARNOUX, E, ALVARADO, M y otros. (1999) Talleres de lectura y escritura. Textos y actividades. Buenos Aires. Eudeba.
  • CALSAMIGLIA BLANCAFORT, H. y A. Tusón Valls, (1999) Cap 10: Los modos de organización del discurso. En: Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso. Barcelona Ariel.
  • MONTOLÍO, E. (coord.) (2000) Manual práctico de escritura académica II. Barcelona. Ariel.
  • TEMPORETTI, F. (2005) Cap. 4: La monografía. En: Menin, O. y F. Temporetti. Reflexiones acerca de la escritura científica. Rosario. Homo Sapiens Ediciones.
  • ZIMMERMANN, L. (2010) Documento de cátedra con ejercitación. Exponer y Argumentar.

 

Textos para el análisis

  • GUIGUET, E, ROSSINI, G. Cointegración y simetría de precios. En Revista de la Facultad de ciencias Económicas, volumen 3, Año 2005.
  • Resúmenes o abstract de ponencias.
  • Reseñas de libros científicos.